Artículo divulgativo 9/09/2023

La etapa de la jubilación de la profesión o actividad habitual y cotidiana en hombres y mujeres, configura una compleja situación personal social y psicológica, donde hay una predominancia de sentimientos de pérdida de estatus, rutina, economía, cambios físicos, pérdidas de la vida social…

Este nuevo estatus vital aparta la persona de su actividad cotidiana, donde lo tenía todo organizado y rutinario en el ámbito externo y también lo aleja de su mundo social de relaciones.
Surgen entonces sentimientos diversos y complejos como preocupación, angustia, depresión, inutilidad…
También en esta etapa de la vida se tienen sentimientos de melancolía y tristeza ante lo imposible de evitar ese cambio.
Hay personas que pueden haber preparado una continuidad de su trabajo o de sus hobbies con nuevos proyectos y un a buena red familiar y social y eso les aliviará la nueva posición, pero muchas otras han estado tan involucrados en su trabajo que no han pensado en la nueva situación y se encuentran con un terrible vacío vital.

También son etapas en las que surgen sentimientos negativos y recuerdos antiguos de errores y fracasos, sentimientos oscuros que se acentúan cuando se padece alguna enfermedad crónica o empiezan a surgir las limitaciones físicas o mentales propias de la edad, pérdida del deseo sexual o de la sensación de ser una persona atractiva para los otros…
La persona jubilada está en riesgo de aislarse por no sentirse importante o útil y es fácil que se pueda sentir sola y en riesgo de alteraciones como depresión, ansiedad, angustia…

Acudir a las pastillas» mágicas» también tiene su riesgo porque aunque puedan aliviar, no solucionan problemas mentales, personales y cotidianos.
En resumen los sentimientos habituales durante la jubilación son la tristeza que puede llegar a depresión, la pérdida de interés por la vida, inutilidad, culpa, energía limitada…
Y algo tremendamente significativo es que según la experiencia de muchos médicos, personas que han llegado a tener puestos muy importantes en la sociedad y rara vez han estado enfermas, empiezan a tener enfermedades graves e incluso mortales cuando se jubilan, siendo fundamental tener en cuenta la relación de estas enfermedades, con la complejidad del cambio que se ha producido en su vida y que no ha sido capaces de asimilar.

Es por eso tan importante poder contar con la ayuda de un buen profesional que ayude a la persona a encontrar lo mejor para si mismo en esta difícil transición.

Artículo de Laura Núñez en colaboración con la importante aportación de la visión de algunas personas jubiladas cercanas a las que le agradezco y valoro tanto.

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