Corren tiempos difíciles. Hay muchas personas en paro que no saben ya como buscarse la vida para ellos y su familia. Hay parejas que se rompen porque no saben como conciliar sus agobios y su relación. Jóvenes que no tienen dinero ni recursos para estudiar…

Pero ante estas situaciones desesperadas, las personas reaccionan de muy distintas maneras. Unas patalean, otras se deprimen,  otras buscan alternativas…

¿A que se debe ésto?

Desde nuestra orientación de la psicología profunda, nos remitimos siempre a la infancia para encontrar las explicaciones a nuestros comportamientos.

Cuanto más pequeño es el niño, menos recursos posee para poder satisfacer sus necesidades y deseos, más impotente es ante la vida, y más dependiente de sus cuidadores, por tanto reacciona únicamente como puede: Gritando, pataleando, destruyendo, llorando…

En otras ocasiones algunos bebes  están tan desesperados porque no son bien atendidos y queridos,  que pueden dejar de comer e incluso enfermar y dejarse morir.

Los adultos reaccionamos muchas veces ante las situaciones complicadas y desesperadas como niños, sintiendo los miedos, angustias e impotencias de entonces, ya que ante las complicaciones hay una tendencia en todo el mundo a ir hacia atrás y empequeñecerse.

Que unos reaccionemos de manera positiva y como adultos y otros de manera negativa, va a depender de como de niños hayamos ido resolviendo nuestros conflictos en las distintas edades, con la ayuda de nuestros adultos,  y como hayamos sido atendidos y enseñados a solucionar problemas y a pensar.

Como ejemplos podríamos decir que una persona que resuelve su desesperación siendo agresivo,  echándole la culpa a los demás de sus problemas… estaría comportándose como un niño muy pequeño y desamparado, que en su momento no fue consolado ni contenido por alguien que lo sacara de su sufrimiento, no fue limitado en sus enfados,  ni más adelante enseñado a solucionar sus problemas. Se trataría de una persona enormemente dependiente que no fue enseñada a pensar por si misma, porque sus padres o criadores tampoco sabían hacerlo.

Las personas auto destructivas, adictas… serían también personas muy dependientes y con comportamientos muy infantiles, que están siempre buscando la solución fuera, en la droga, en una relación, en la comida…como un niño pequeño que se consuela con su chupe o su biberón.

Hay personas que desde pequeñas sí fueron contenidas, se les limitó en las rabietas, se les enseñó a aguantar las frustraciones y a buscar soluciones…y estas personas seguramente reaccionarán mejor a las situaciones extremas, pudiendo mantener una actitud más adulta.

Resumiendo, es muy importante conocer nuestras relaciones y a nosotros mismos desde nuestra infancia, si queremos saber por que reaccionamos como lo hacemos, y lo que es más, si queremos cambiar nuestros comportamiento y enfrentarnos de manera adulta y sana a los problemas de la vida.

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